miércoles, 27 de mayo de 2015



Frases del Credo Marista que nos invitan a reflexionar:

"Cuando educamos, en lo formal o  lo no formal, participamos con otros en la educación y animación pastoral de quienes comparten con nosotros la vida cotidiana."

"El llamado a una presencia más significativa entre los niños y jóvenes, especialmente los más necesitados, los más postergados, los que poseen menos posibilidades de educación"

Esta es una de las obras que sus aportes hacen posible:


Escuelita El Refugio, Barrio Estación, Chajarí, Provincia de Entre Ríos.
  
Nuestra escuelita cumple más de una década de vida y que­remos contar un poquito de su historia. Nació por la inquietud de un grupo de señoras que veían la nece­sidad de alfabetizar para reinsertar al sistema y dar apoyo escolar a niños de un barrio humilde de nuestra ciudad.
 
Estos fueron nuestros comienzos, siempre con el lema “Empezamos como se puede, para terminar como se debe”, contando con
la ayuda de un hermano marista y de la comunidad toda, que nos cedió el espacio físico, en el campo de deportes del colegio. Con el transcurrir del tiempo, fue creciendo gracias al aporte de distintas instituciones y de gente amiga que confía en nosotras y quiso sumarse de alguna manera.
 
El nombre se debe a que para muchos de nuestros niños, significamos una contención y un lugar donde encuentran comprensión, cariño, paciencia y acompa­ñamiento en su vida.
 
Asisten a la escuelita chicos de tres barrios que concu­rren a cuatro escuelas diferentes. Además del apoyo escolar, se les sirve el desayuno. El trabajo se hace en red con las escuelas, la Municipalidad, Hospital, Cen­tros de Salud, familias, profesionales médicos, odon­tólogos y nutricionistas, atendiendo entre cincuenta y sesenta niños, de cuatro a quince años.
 
Quienes desarrollamos esta grata tarea, actualmen­te, somos diez voluntarias, dos hermanos maristas y alumnos de cuarto y quinto año del colegio. Además, contamos con una psicopedagoga, dedicada a los ca­sos que necesitan especial atención. Un grupo de ma­dres prepara el desayuno y ordena el salón.
 
Consideramos que en el dar se encuentra un revelador sentido de vida. Esta es la semilla que Dios plantó en el corazón del hombre y que lo hará plenamente feliz: dar hasta que duela, dar siempre, darlo todo, como El mismo lo hizo y lo sigue haciendo.
 
 
“INCLUIR no es borrar las diferencias, sino permitir a todos los alumnos pertenecer a una comunidad educativa que valore su individualidad” 
 
“Que San Marcelino Champagnat hombre de corazón sin Fronteras y nuestra Buena Madre, mujer de los ojos  misericordiosos, nos sigan acompañando  en este hacer juntos”.

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